Hierro en fragua.
El frío golpe de agua a dormidos llevará, y tal hierro ardiente en fragua la crueldad templará.
Micro-literatura desde micro-inspiraciones.
El frío golpe de agua a dormidos llevará, y tal hierro ardiente en fragua la crueldad templará.
Cuando pregunten por mí diles que no me encuentro, diles que en una noche pandémica, ponderando en el silencio agonizante, con la muerte de la oscuridad también murió aquel quien inconsecuentemente hacíase llamar como yo.
Caen, caen de un afligido mundo sonoras lágrimas sufridas, y caen, caen ante nuestros inquietos y maltratados pies las encarnadas gotas que de hermanos escapan.
365 días de mejoría, 12 meses de recuperación, cada uno con un título distinto, escribiendo y anotando estuve yo.
Es lío mortal, terrenal compartido. Lazos vacíos.
Años de elecciones. Sapos y tiradores, llenan las calles de falsas ilusiones. Somos títeres de su obra de lechones. Despierta boricua, ellos son los impostores.
Sonidos ásperos e irritantes, en noches donde reina la escasez; insectos comen de mí, incesantes; así, de una vida, la sencillez.
El húmedo calor me atormenta y en la cama que entero me consume mi mente visiones me alimenta de nuestro país en vivo desplume
Cabello despeinado, ojitos apagados, ánimos oscuros, cuerpo flacucho, ojeras opacas, mente espaciada. No siento nada. Estoy desahuciada.
En los campos plenos de olivos, donde tranquilos eran antes, hoy solo restan subversivos de llanto y suplico constantes.
Café sus ojos, contagiosos de amor. Preciosos ojos, que sanan mi dolor.